El siglo XXI nos permite disfrutar de una gran cantidad de avances tecnológicos que sirven, no sólo para hacernos la vida un poco más fácil, sino que por otro lado, nos exponen a una cantidad de sustancias potencialmente dañinas. Los antioxidantes, como veremos a continuación, cumplen un papel imprescindible en nuestro organismo.
Antioxidantes, la importancia de consumirlos
Cada día, entramos en contacto con sustancias que causan la formación de los perjudiciales radicales libres en nuestro cuerpo. El estrés, el tabaco, la exposición al sol, la polución, los conservantes en las comidas y bebidas, el ejercicio físico extremo pueden ser un problema. Todos ellos son factores que favorecen la formación de radicales libres que atacan de forma continuada a nuestro organismo y causan daño a nuestras células ya que alteran su funcionamiento normal.
Además, los radicales libres se forman como consecuencia natural de nuestro metabolismo. Como resultado, se produce un envejecimiento prematuro del organismo, aumenta el riesgo de lesiones en deportistas e incluso, se incrementa de forma significativa la posibilidad de caer enfermo.
Exposición a los radicales libres
Nuestra exposición a estos radicales libres es inevitable, ya que el mismo oxígeno que nos es imprescindible para vivir puede formarlos, sin embargo, la naturaleza nos ha dotado de unos mecanismos de defensa antes estos ataques. Estas sustancias protectoras son los llamados antioxidantes y tienen la capacidad de protegernos de los daños producidos por los ataques de los radicales libres, al conseguir un equilibrio entre las sustancias antioxidantes y los radicales libres.
Desgraciadamente, muchos estudios indican que la cantidad de estas sustancias antioxidantes que obtenemos en nuestra dieta no es suficiente, por lo que es muy recomendable realizar una suplementación con vitaminas, minerales, plantas y nutrientes antioxidantes. Asegurar la calidad del suplemento y la biodisponibilidad de los nutrientes es otro de los factores a tener en cuenta.
¿Cómo tomar los antioxidantes?
Tomar un suplemento con un amplio espectro de nutrientes antioxidantes es lo más recomendable. Los distintos antioxidantes actúan en distintas partes de la célula, y un solo nutriente antioxidante no es tan efectivo como si tomamos una combinación de ellos, trabajando en equipo.
Una persona necesita una buena variedad de sustancias anti-radical libre (antioxidantes), en forma de vitaminas, minerales, plantas y nutrientes antioxidantes entre los que deben estar: Antioxidantes, Vitamina E, Beta-caroteno, Bioflavonoides, Selenio, Zinc y ajo.
La recomendación general es que los suplementos antioxidantes se tomen durante la comida para mejorar su absorción por el organismo y obtener toda su eficacia.
Sólo remarcar que no existe ningún sustituto a unos hábitos de vida saludables. Los suplementos antioxidantes les ofrecen una protección añadida a un saludable día a día.
Antioxidantes para una vida saludable
La gente en todas partes están adoptando una forma de vida saludable. Se están dando cuenta de que el interior de su cuerpo es tan importante como el exterior. La apariencia física es tan solo una parte de la imagen total, y es fundamental el combinar el ejercicio, una dieta nutritiva y equilibrada y rodearse de un entorno saludable. Los suplementos de antioxidantes son parte de esta forma de vida.
Es probable que haya oído hablar mucho últimamente de los antioxidantes, particularmente de la vitamina C, vitamina E y beta caroteno. Y tal vez haya usted leído acerca de las ventajas del selenio, zinc, coenzima Q-10 y bioflavonoides. Los antioxidantes han estado ciertamente en muchas cabeceras de artículos. Pero, ¿qué son y cómo funcionan los antioxidantes?.
Los suplementos de antioxidantes merecen una atención muy especial y le invitamos a conocer el porqué.
Funciones de los antioxidantes
Para entender de verdad los antioxidantes es necesario primero comprender qué es la oxidación.
¿Qué es la oxidación?
La oxidación es cualquier reacción en la que el oxígeno se combina con otras sustancias. Las moléculas oxidadas y fragmentos moleculares más corrientes son los radicales libres. Todos los radicales libres llevan una Innumerable cantidad de electrones que les hacen inestables y altamente reactivos.
Para estabilizarse, le quitan electrones a otras moléculas. Esto hace que haya más moléculas inestables, provocando una reacción dañina en cadena de radicales libres.
Para hacerlo más simple, la oxidación es lo que hace que una manzana se ponga pocha o que un metal se oxide.
Protección contra la oxidación
Los antioxidantes protegen contra la oxidación no deseada y permiten que se produzca la oxidación que es beneficiosa para nuestro organismo.
Como verás, no todas las moléculas reactivas de oxígeno son malas. Algunas se producen en funciones normales de vida como es la respiración. Este mismo proceso de oxidación, sin embargo, puede interrumpir el trabajo de células humanas sanas.
Estas moléculas oxidadas reactivas, o radicales libres, pueden atacar a los componentes vitales de la célula, dañando las membranas celulares, inactivando importantes enzimas del organismo y alterando la información genética del ADN. Demasiados radicales libres pueden crear serios problemas de salud.
Afortunadamente, el cuerpo puede más o menos equilibrar sus propios radicales libres con sus reservas internas de nutrientes y enzimas antioxidantes. Pero, ¿qué pasa si el organismo no puede mantener en equilibrio todos sus radicales libres?
Equilibrio de los radicales libres
Se cree que ciertas enfermedades se ven influidas por deficiencias de nutrientes antioxidantes. Cuando hay más radicales libres que reservas disponibles de nutrientes antioxidantes. La evidencia científica relaciona el daño de los radicales libres a enfermedades crónicas tales como cáncer y enfermedades coronarias.
Hoy en día, cerca de ochenta enfermedades se han relacionado con deficiencias de nutrientes antioxidantes.
¿Dónde se encuentran los antioxidantes?
Afortunadamente, numerosos alimentos que nosotros tomamos son ricos en antioxidantes que protegen contra el daño de las células malignas. La vitamina C, que se encuentra en abundancia en cítricos y vegetales, es tal vez el antioxidante más conocido.
La vitamina E, que es liposoluble, se puede encontrar en nueces, aceites vegetales sin retinar (maíz, semilla de algodón, soja, azafrán), germen de trigo y cereales integrales. El Beta Caroteno, que se convierte en vitamina A en el organismo, se puede encontrar en vegetales de hoja oscura, zanahorias y batatas.
La vitamina C, vitamina E y Beta Caroteno pueden eliminar directamente los radicales libres del organismo. Estos nutrientes antioxidantes actúan cediendo sus electrones a los radicales libres, sin causar una reacción en cadena.
Los minerales, tales como el selenio, zinc, manganeso y cobre, no actúan directamente como antioxidantes, pero son necesarios para la producción de las enzimas antioxidantes en el cuerpo. La coenzima Q-10 protege contra la oxidación de los componentes vitales de la membrana celular.
Los antioxidantes también se encuentran en una variedad de hierbas y alimentos, tales como el té verde, el cardo mariano, el ginkgo biloba, el ajo, la corteza de pino y el vino tinto. Y no debemos olvidar otras fuentes de antioxidantes como el ácido lipoico, el picnogenol y los pollfenoles.
Sin embargo, no se debe hacer distinción de ningún antioxidante en particular. Lo importante es mantener un equilibrio de antioxidantes, actuando en conjunto como un equipo.
Consejos para consumir antioxidantes en la dieta
Si, usted lo ha oído antes. Todo el mundo debería comer al menos cinco piezas de fruta y verduras cada día. Para aquellos de nosotros que estamos siempre de aquí para allá, el seguir las recomendaciones de tomar fruta y verdura puede ser difícil. Sólo el 13 por ciento de los americanos lo cumplen.
Ciertamente, podemos hacer algo un poco mejor y es el controlar el consumo de alimentos poco saludables, como alimentos ricos en grasas. También podemos limitar la ingestión de alcohol y cafeína y reducir el nivel de radicales libres de nuestro organismo no fumando.
Sin embargo, algunos investigadores creen que la cantidad de nutrientes protectores encontrados incluso en las dietas más sanas, pueden no ser suficientes para prevenir enfermedades de forma activa.
Hoy estamos expuestos a niveles de estrés oxidantes que están más o menos fuera de nuestro control. Incluye una variedad de factores externos tales como la polución medio ambiental, los fumadores pasivos, medicamentos y radiación, todos ellos favorecen los efectos dañinos de los radicales libres.
Complementos antioxidantes
¿ Y ahora qué? Existe demostrada evidencia cada vez mayor de los beneficios que reportan para la salud la terapéutica con suplementos antioxidantes. Hasta la fecha, más de 200 estudios ilustran los beneficios protectores tan significativos de los nutrientes antioxidantes.
El estudio realizado en Linxian (China) por el Instituto Nacional Americano del Cáncer y los dos estudios del Colegio Médico de Harvard, por ejemplo, demuestran claramente que el uso de antioxidantes puede reducir la incidencia de enfermedades coronarlas y cáncer.
Investigaciones sobre los antioxidantes
La Alianza para la investigación del envejecimiento (Alllance for Aging Research – AAR), formada por numerosos expertos en Investigación de vanguardia, recomiendan el consumo diarlo de antioxidantes para prevenir enfermedades coronarias, cáncer, cataratas y otras enfermedades relacionadas con la edad.
Las recomendaciones del AAR incluyen (entre paréntesis el equivalente en comida) de 250 mg a 1000 mg de vitamina C (15 naranjas), de 100 UI a 400 UI de vitamina E (24 tazas de almendras), y de 17.000 UI a 50.000 UI de Beta Caroteno. Son muchas naranjas y almendras para un día. No hay duda, es necesario un suplemento para alcanzar estos niveles óptimos, que son considerados tanto seguros como efectivos.
No todos los estudios sobre antioxidantes han sido determinantes. Dada la naturaleza tan complicada de la bioquímica, uno debe considerar la evidencia total hasta la fecha, lo que no quiere decir que se hayan hecho sólo uno o dos estudios individuales.
Afortunadamente, descubrimientos positivos recientes están llevando a experimentos clínicos a mayor escala. De acuerdo con varios Investigadores, la evidencia acumulada es tal que el suplemento de antioxidantes puede convertirse en la estrategia de prevención más importante para los 90.
Conclusiones de las investigaciones sobre los antioxidantes
Es difícil sugerir que la ingestión de antioxidantes mediante una dieta sana o con una “pildora mágica” pueda borrar años de exceso en el cuerpo. No existe sustituto alguno a los hábitos de vida sanos. Los antioxidantes ofrecen una especial protección amortiguadora. Si usted quiere apostar por algo que le compense, no hay razón para no tomar antioxidantes que le den seguridad. Si, usted puede esperar a tener más pruebas, pero estará perdiendo años de protección durante la espera.
Desde que en 1960 Richard Passvater (Ph.D., Director del Centro de Investigación de la Nutrición de Solgar (SNRC) en Berlín, Maryland), ha contribuido a llevar la investigación sobre los antioxidantes a la comunidad científica.
A mediados de los años 70, Passwater dirigió estudios que relacionaban enfermedades con deficiencias de nutrientes antioxidantes. El trabajo centrado en el selenio contribuyó a reconocen a dicho elemento como parte esencial de la CDR adoptada en USA en 1989. En 1992, dos estudios hechos por investigadores de Harvard sobre la vitamina E, apoyaron de forma positiva los descubrimientos publicados por Passvater.
Solgar ha sido la primera empresa en la industria de los suplementos alimenticios naturales en introducir un gran número de productos antioxidantes. El Selenio, la Fórmula de Nutrientes antioxidantes, la Fórmula de antioxidantes masticables, el Beta Caroteno 100 natural, el Acido Lipoico, y el Complejo de Carotenoides.
Tipos de antioxidantes
Beta Caroteno
Particularmente efectivo contra el oxígeno aislado y contra el aún más destructivo oxígeno triple.
Mayor protección contra la carcinogénesis de los principales carotenoides. Especialmente protector del pulmón y otros tejidos respiratorios y de la piel. Se puede transformar en vitamina A sin el riesgo de toxicidad de vitamina A.
Estimulante del sistema inmunológico y protector de las paredes respiratorias.
Alfa Caroteno
En algunas funciones, es el más fuerte de los carotenoides y puede convertirse en vitamina A.
Licopeno
Antioxidante y otros efectos pero no se convierte en vitamina A.
Luteína
Antioxidante y otros efectos.
Gamma Caroteno
Antioxidante y otros efectos.
Capsantina
Antioxidante y otros efectos.
Vitamina A
Actividad antioxidante que protege contra problemas pulmonares, tejidos del aparato respiratorio en general y de la membrana mucosa.
Antioxidante inferior comparado con el Beta Caroteno, nutriente inmunológlco y necesaria para una visión correcta, especialmente por la noche.
Vitamina C
Potente protector contra el daño producido por radicales libres de las toxinas tales como:
- monóxido de carbono
- notrosaminas
- cadmio
- aldehidos
- hidrocarbonos polinucleares (PAH)
Protege el tejido conectivo del daño producido por la producción acelerada de colágeno y nutriente inmunológico.
Vitamina E
Protege contra la peroxidación de grasas en la célula, lo que ayuda a proteger a la célula contra mutaciones o muerte (trabaja de forma sinérgica con el selenio en esta función).
Protege contra complicaciones cardiovasculares asociadas con la excesiva coagulación sanguínea debida a la oxidación de las grasas y colesterol de la sangre. Contribuye a la curación.
Selenio
Componente primario de la peroxidasa glutatión, ayudando así a la eliminación de radicales peróxidos. Potente desintoxicador de metales pesados (ej. cadmio, mercurio etc.).
Trabaja de forma sinérgica con la vitamina E en la protección de grasas en la célula procedentes de la peroxidación.
Zinc
Componente primario del Superóxido Dismutasa (SOD) ayudando así a la eliminación de radicales superóxidos. Beneficioso para la eliminación de ciertos metales pesados (ej. el plomo).
Nutriente Inmunológico primario. Interviene en muchas más reacciones químicas que el resto de los nutrientes.
Cistenina
Componente del glutatión y como consecuencia precursor del peroxidasa glutatión. Potente protector antioxidante contra los problemas del hígado y contra los radicales peróxidos.
También es un potente agente desintoxicador y principal constituyente del cabello, piel y uñas.
N-Acetil Cisteína
Forma más potente de elevar los niveles de glutatión celular en células dañadas. Además es un protector del sistema inmunológico y rompe las mucosas espesas.
Glutatión
Constituyente primario, una de las dos enzimas antioxidantes celulares principales (peroxidasa glutatión) que elimina los radicales peróxidos y ayuda en los procesos de desintoxicación.
Ácido lipoico
Componente de azufre que recicla las vitaminas E y C y protege al Beta Caroteno. Potente “quelador” (desintoxicador) de metales pesados (ej. mercurio, cadmio etc).
Superoxido dimutasa
Una de las dos enzimas antioxidantes celulares más importantes utilizada para eliminar los radicales superóxidos (especialmente importante en la artritis y envejecimiento).
También necesita zinc, manganeso y cobre así como ciertos aminoácidos.
Coenzima Q10
Es un protector especialmente potente contra la peroxidaclón de grasas en el corazón e hígado. Además es necesaria para la producción de energía en todas las células del organismo, especialmente en los músculos del corazón.
También protege contra numerosas enfermedades cardiovasculares incluyendo, angina, hipertensión y cardiomiopatía y es un nutriente inmunológico.
12. FLAVONOIDES
Existen diferentes clases incluyendo:
- flavenes
- flavonones
- flavonoles
- isoflavones
- proantocianidina
- antocianidina
- catecina
- cumarina
- otros
Son potenciadores de la vitamina C con efectos antioxidantes potentes en varios radicales libres dependiendo del flavonoides. Además es protector del colágeno y precursor del tejido conectivo.
Algunos presentan acción anti-inflamatoria y algunos tienen propiedades anti-alérgicas.
Picnogenol
Es una fuente concentrada de flavonoides proantocianidina. También antioxidante muy potente (50 veces más potente que la vitamina E y 20 veces más que la vitamina C).
Eliminador efectivo de radicales superóxido, hidroxil y peróxido. También protege a la piel de forma significativa contra el envejecimiento producido por rayos ultravioletas dañinos.
También es anti-inflamatorio, anti-alérgico y beneficioso para el sistema circulatorio.
Arándano
Provoca actividad antoclanosida produciendo una potente actividad antioxidante y mejora la circulación de los ojos.
Además disminuye los niveles de azúcar en sangre y fortalece los vasos sanguíneos.
Extracto de vino tinto
Contiene el flavonoide proantocianidina que protege el tejido conectivo y los lípidos contra el daño producido por los radicales libres.
También contiene polipenoles y ácido gálico que presenta efectos de protección celular en parte, debido a su actividad antioxidante.
Té verde
Posee un efecto antioxidante significativo obtenido de polifenoles y del ácido gálico. Efecto anti-alérgico. Además ayuda en el control de peso mediante la estimulación de la termogénesis.
Quercetina
Es un potente protector contra los tejidos dañados por radicales libres inducidos. Es considerado como el antioxidante más fuerte derivado de una planta.
Potente anti-inflamatorio y agente anti-alérgico. También tiene un potente fuerte efecto anti-viral.
Ginkgo biloba
Contiene flavonoldes con efectos antioxidantes muy fuertes. Además facilita la circulación en el cerebro y la función de las células nerviosas.
Además es un complemento que nos ayuda con el aumento de memoria (especialmente durante la vejez). También es una ayuda para el vértigo, la depresión, el zumbido y nos protege la glándula tiroides y suprarrenal.
Cardo mariano (Silymarin)
Posee efectos protectores del hígado asociados generalmente con la acción de los antioxidantes. Previene la reducción de Glutatión (GSH) y aumenta su actividad (GSH) en el hígado.
También inhibe los leucotrlenes de la oxidación de grasas en el hígado. Es un anti-inflamatorio y nos ayuda contra la psoriasis. Además es un potente desintoxicador del hígado.