Aloe Vera: propiedades y beneficios

El aloe vera es una planta medicinal con diferentes propiedades que la hacen muy especial. Además, es un aliado para nuestra salud y nos ayuda a cundarnos tanto por fuera como por dentro.

Origen del Aloe Vera

El Aloe Vera ya se utilizaba desde la más remota antigüedad por sus innumerables propiedades curativas. Los conocimientos sobre el uso de esta “planta milagrosa” se fueron transmitiendo oralmente, de generación en generación, en todos aquellos lugares en los que crecía.

La mayor parte de los botánicos están de acuerdo en que el Aloe Vera es una planta originaria de las zonas cálidas y secas del continente africano. Desde allí y debido a su adaptabilidad, el hombre la ha llevado consigo a otros lugares para asegurarse la inestimable ayuda que proporciona.

Con esta finalidad los conquistadores y misioneros españoles la introdujeron durante los siglos XVI y XVII en las nuevas colonias americanas, plantándola en los alrededores de las misiones de las islas del Caribe, Centroamérica y Sudamérica.

A pesar de su gran parecido al cactus, el Aloe pertenece a la familia de las liliáceas, al igual que el ajo, la cebolla, los espárragos o los tulipanes. Existen más de 250 especies de Aloe en todo el mundo, de las cuales tan sólo tres o cuatro tienen propiedades medicinales. Su tamaño varia desde algunas especies que apenas miden unos centímetros, hasta ciertos áloes africanos que llegan a ser verdaderos árboles que alcanzan alturas de hasta 15 metros y tienen aspecto de palmera.

La variedad con más propiedades medicinales es el Aloe barbadensis (Aloe Vera). La palabra “Aloe” significa sustancia amarga y brillante. Su tamaño es de hasta un metro y medio cuando la planta llega a la madurez (entre los dos y cinco años) y presenta alrededor de 15 hojas. Las hojas más externas se pueden recolectar cada seis semanas. Florece varias veces al año. Las flores de color amarillo púrpura, miran hacia abajo y tienen forma tubular.

Su hábitat es desértico o semidesértico pero también crece en zonas templadas, preferentemente en áreas soleadas y rocosas en donde llueve poco. Sus carnosas hojas están acondicionadas para almacenar grandes cantidades de agua durante mucho tiempo. La respiración de estas plantas es completamente distinta de la del resto de los vegetales: en lugar de expulsar las sustancias a la atmósfera como las otras plantas, el áloe las convierte en almidón que posteriormente utilizará también como alimento propio.

Cómo cultivar áloe vera en casa.

Basta disponer de un pequeño jardín o macetas de unos 50 0 60 cm. De diámetro para que la planta pueda desarrollarse bien y alcance la madurez, momento en el que sus hojas poseen unas óptimas cualidades curativas. No hay que plantarla directamente en una maceta de gran tamaño ya que el crecimiento del áloe fuera de su clima natural no es continuo. Hay que procurar que el tamaño de la maceta no exceda 1/3 de la longitud de las hojas más largas.

Necesita una tierra rica en nutrientes y ligeramente ácida. Prefiere la luz brillante y le gusta el aire y el viento. Puede soportar temperaturas ligeramente inferiores a 0ºC pero siempre que la tierra no llegue a congelarse. La tierra debe secarse entre riego y riego. La falta de agua apenas le perjudica en cambio un exceso la puede matar. Antes de recolectar las hojas es mejor no regar la planta durante ocho días para que los ingredientes curativos estén más concentrados en la hoja.

Propiedades del Aloe Vera

Se estima que contiene unas 200 moléculas biológicamente activas. Muchas de estas moléculas se han podido identificar pero los investigadores siguen estudiando la planta e intentado desvelar el secreto de sus propiedades curativas.

Contiene siete de los ocho aminoácidos esenciales para el organismo y dieciocho de los veintidós considerados como secundarios Recordemos que los aminoácidos son los componentes básicos de las proteínas y afectan al buen funcionamiento del cerebro.

Las antraquinonas son potentes antibióticos y tienen propiedades bactericidas, antivíricas, antifúngicas y analgésicas. El Aloe Vera contiene entre otras la aloína que le confiere las propiedades laxantes y calmantes del dolor. También contiene el ácido crisofánico que se emplea en el tratamiento de la psoriasis y algunos hongos cutáneos. Y muchas otras antraquinonas igualmente importantes.

Las enzimas transforman las proteínas que absorbemos, mediante la comida, en aminoácidos, estos son absorbidos a su vez por el cuerpo y se vuelven a convertir en proteínas.

Contiene lignina que favorece la penetración del Aloe a través de las distintas capas de la piel y tiene actividad antibacteriana. Las saponinas tienen cualidades antisépticas y suavizantes de la piel.

Los minerales son oligoelementos presentes en el cuerpo humano en cantidades infinitesimales imprescindibles para el mantenimiento del equilibrio y la salud del organismo. El Aloe contiene entre otros sodio, potasio y cloro de forma equilibrada y orgánica de modo que el organismo los asimila fácilmente.

El calcio, el magnesio, el hierro, el cinc, el manganeso, el cobre y el cromo también están presentes en el Aloe. El cinc es importante para la producción de insulina, para el correcto desarrollo de la piel y el cabello. El manganeso es esencial para la formación de los huesos y para el metabolismo de la glucosa. El cobre es muy importante para la producción de ciertas hormonas y para la formación de la sangre. El cromo es imprescindible en el metabolismo de los ácidos grasos, de los azúcares y del colesterol.

El Aloe vera también contiene azúcares como el acemanano que ha demostrado ser muy efectivo como regenerador de tejidos ya que estimula el sistema inmunológico facilitando la creación de células nuevas. Esta sustancia la produce nuestro propio organismo hasta la pubertad pero después de esta fase necesita ser absorbida a través de los alimentos.

Las vitaminas son sustancias esenciales para el mantenimiento de la vida. El Aloe contiene vitamina A fundamental para el desarrollo de los huesos, de la piel y de los tejidos. Vitamina B1 fundamental para el crecimiento de los tejidos y actúa sobre el sistema nervioso. Vitamina B2 vital para el crecimiento y desarrollo de la piel y las uñas y útil para aliviar la fatiga ocular, indispensable para la salud del cerebro y del sistema nervioso. Vitamina B6 esencial para la asimilación de las proteínas y grasas y para la fabricación de los glóbulos rojos.

La vitamina C es necesaria para fabricar el colágeno y también interviene en el metabolismo de las grasas. También contiene vitamina E que es antioxidante. La colina fortalece la memoria. El ácido fólico junto con la vitamina B12 participa en la síntesis del ADN, previene la aparición de úlceras bucales, favorece el buen estado de la piel y retrasa la aparición de las canas.

El agua es también un componente importante del áloe ya que contiene un 99’5 % de agua y un 0’5% de componentes sólidos. Es buena conductora de los ingredientes biológicamente activos y cuando se aplica el gel de aloe sobre la piel, el agua permite el paso del oxígeno necesario para reparar el tejido.

Beneficios del Aloe Vera

La planta de Aloe se utiliza en el tratamiento de muchos problemas y, en especial, aunque no exclusivamente, todos los que se relacionan con la piel.
El Aloe normaliza el pH, reduce la acidez de estómago y favorece el equilibrio de las bacterias gastrointestinales.

El Aloe acelera la formación de las células fibroblásticas responsables de la formación del colágeno, así se atenúan las arrugas existentes y se reduce la aparición de otras nuevas.

El Aloe evita la formación de las sustancias responsables de los procesos reumáticos y artríticos. El ácido acetilsalicílico que se halla en el Aloe contribuye a reducir la inflamación y el dolor.

El Aloe tiene un efecto broncodilatador y es inmunomodulante y antiinflamatorio por lo que reduce los síntomas del asma.

El Aloe ejerce una acción bactericida y fungicida que elimina la seborrea y arrastra las células muertas del cuero cabelludo. Permite una cicatrización más rápida (hasta un 50%).

Gracias a su alto contenido en calcio, potasio y celulosa ayuda a la coagulación y cicatrización. Consumido habitualmente en forma de bebida puede reducir los niveles de colesterol.

Por su acción bactericida permite una limpieza profunda de los dientes. Esta planta es muy rica en las enzimas digestivas y mejora la absorción de los nutrientes. Elimina las flatulencias. Tiene un efecto sedante por su alto contenido en analgésicos naturales. Es un gran hidratante de la piel.

El Aloe elimina la acumulación de melanina que es la causante de las manchas oscuras . Para esto puede utilizarse el gel y también aplicar la hoja de Aloe sobre la piel. Favorece la regeneración celular y por ello es importante en la cura de distintos problemas de la piel como el acné, la celulitis, dermatitis, eczemas, hemorroides, pie de atleta, arrugas y verrugas.

Protección contra los rayos UVA

El Aloe vera hidrata la piel seca y dañada por el sol además de formar una pantalla que protege contra los rayos ultravioleta.

La psoriasis es una enfermedad de origen aún desconocido que, curiosamente se da en todos los países del mundo. Hace algunos años que los médicos están tratando esta enfermedad con cremas a base de Aloe, combinadas con el consumo interno de este y una dieta equilibrada.

En quemaduras el Aloe Vera acelera el proceso de curación de las quemaduras, estimula el crecimiento de células sanas de la piel y limita la producción del tejido de las cicatrices. La regeneración es tan rápida que nuevas células cutáneas de la epidermis se cierran alrededor de la zona afectada sin producir costra ni cicatriz.
Tiene acción antibacteriana y fungicida.

Gracias a la cantidad de nutrientes que aporta esta planta puede emplearse sólo como tónico y reconstituyente, incluso como desintoxicante natural. Además tiene ocho calorías por cada 28 gramos de zumo así que también resulta adecuado en las dietas de adelgazamiento.

Las cremas de Aloe son muy populares entre los atletas que utilizan el gel de Aloe mezclado con ácido acetilsalicílico para tratas el dolor de las torceduras y los esguinces.

El gel de Aloe reduce el dolor, el sangrado y la inflamación de las encías. Se usa también para combatir el sarro. El uso tópico del gel de Aloe calma el picor y desinfecta y cicatriza sin producir costras.

Aloe Vera para la piel

El Aloe reduce las arrugas, elimina la sequedad, limpia y acondiciona el cabello… La combinación de las sustancias que contiene el Aloe vera es capaz de actuar en profundidad y de diferentes formas, dependiendo del tipo de piel sobre el que se aplique. Tiene la capacidad de astringir (secar) las pieles grasas, hidratar las secas, regular la grasa en las acneicas y calmar las pieles irritadas.

Resulta muy útil en pieles atópicas, con tendencia a la alergia, es calmante y antiinflamatorio. También es desinfectante resulta ideal para combatir la presencia de los microorganismos que ayudan a la formación de molestos granos e impurezas en la piel. Contrarresta la infección del acné y colabora en la curación de las manchas, prácticamente sin dejar cicatrices.

Es estimulante y regenerador de la piel. En los casos de envejecimiento prematuro provocado por una excesiva exposición solar, nutre y regenera la piel. El Aloe estimula la síntesis del colágeno y de las fibras de elastina de la piel.

Esta acción regeneradora hace que resulte excelente para después del afeitado, ya que en pocos instantes regenera muchas de las células rotas al paso de la cuchilla de afeitar. Usando una loción a continuación del afeitado o la depilación podemos evitar la aparición de erupciones, granitos o rojeces, además de cerrar rápidamente los poros dilatados.

También resulta eficaz en la prevención y atenuación de las estrías que acostumbran a aparecer cuando se producen cambios en el volumen corporal (en la adolescencia, tras el embarazo, después de una dieta de adelgazamiento…)

Aloe Vera para el cabello

El Aloe es eficaz en el cuidado del cabello y del cuero cabelludo. La capacidad de penetración del gel abre los poros del cuero cabelludo y los aminoácidos de la planta revitalizan los tejidos sanos. Logra una limpieza profunda y conduce todas la impurezas a la superficie permitiendo eliminarlas con facilidad. En los cabellos sanos, el áloe sirve como acondicionador al penetrar en las raíces.

Las sustancias del áloe tienen una composición química similar a la de la queratina, que es la proteína esencial del cabello, por lo que lo rejuvenece proporcionándole sus mismos nutrientes. El resultado es un cabello más elástico y flexible y, por lo tanto, menos quebradizo.

Otros usos del Aloe Vera

Esta planta medicinal prosee aún muchas más propiedades, por ejemplo, en su estado natural es apreciada por otra de sus virtudes, entre ellas la de absorber prácticamente el 90% de la toxicidad que producen materiales como el PVC, la fibra de vidrio, el barniz o la pintura, así como las radiaciones nocivas que emiten los ordenadores o televisores. Por este motivo es muy aconsejable tener una planta cerca de estos electrodomésticos para que “limpie” y purifique el ambiente a nuestro alrededor.

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